Intervención en la iglesia de Santa Mariña de Berdía para resolver los problemas de humedad

Jueves, 18 Diciembre, 2014

El Consorcio de Santiago está interviniendo en la iglesia de Santa Mariña de Berdía, localizada en la parroquia de Berdía, a unos diez kilómetros al norte de la ciudad. La obra se centra en la mejora de la cubierta y de las revocaduras exteriores e interiores del templo, con el fin de resolver los problemas de humedad que afectan al inmueble. Los trabajos, cuyo presupuesto asciende a 40.140 euros, podrían estar finalizados en pocos meses. 

 

La arquitecta de la Oficina Técnica del Consorcio responsable de este proyecto, Idoia Camiruaga, explica que “aunque el estado de conservación actual de la iglesia en general es bueno, el aspecto exterior del edificio, sobre todo por su cara sur, se ve muy degradado debido a la cantidad de hongos y algas que colonizan la superficie de las revocaduras”.

 

Por su parte, la fachada principal, que es de piedra, aunque está en buen estado, tiene necesidad de limpieza. Las demás fachadas también presentan problemas con las revocaduras, a pesar de que la humedad no les afectó tanto como a la orientada hacia el sur. Así, se eliminarán y se repararán todas las revocaduras dañadas y se aplicará un acabado final de pintura mineral.

 

La cubierta requiere labores de mantenimiento, por lo que se sustituirá la teja deficitaria. Por otro lado, se llevará a cabo una revisión y limpieza del sistema de recogida de pluviales, canalones y bajantes para garantizar la recogida del agua de la lluvia; así como del sistema de drenaje perimetral exterior.

 

Los problemas en el interior de la iglesia 

 

Dentro de la iglesia la humedad es alta. La pintura actual, plástica, es muy poco transpirable, lo que forzó la subida de las sales portadas por la humedad de capilaridad, rompiendo las revocaduras en casi toda la parte baja de los muros de la nave y del presbiterio.

 

Además de la pintura, el problema también puede derivar del sistema de drenaje que rodea la iglesia por el exterior, que es probable que esté obstruído o tenga alguna rotura y podría recibir, por fallo, el agua de la lluvia. Y la salida de los tubos está cubierta por la vegetación.

 

Con el fin de abordar los problemas existentes en el interior del inmueble, se eliminarán las revocaduras de la parte baja de los muros, dejando una franja de unos 40 centímetros para aumentar la aireación de los mismos. Por último, se quitará la pintura de toda la superficie de los muros de la nave y del presbiterio y se aplicará una pintura al silicato.

 

“Hace falta destacar que la iglesia tiene un retablo mayor notable en cuanto a calidad y proporciones arquitectónicas que el Consorcio de Santiago está restaurando. Es importante, pues, controlar la humedad relativa y la entrada del agua en el interior del templo para mantener estos elementos en buen estado y sin ataques de xilófagos” -destaca la arquitecta-.