El Consorcio de Santiago celebró una jornada de puertas abiertas en la iglesia conventual de Santa Clara para dar a conocer las monteas del siglo XVIII descubiertas en el pavimento del templo. Se trata del conjunto más completo y de mejor calidad que se conoce hasta el momento, convirtiéndose en el más destacado del barroco en Europa.
Este descubrimiento se hizo cuando la Oficina Técnica del Consorcio de Santiago estaba comenzando la restauración de la tarima de madera que cubre el suelo de la iglesia. Debajo de la tarima apareció el pavimento de piedra granítica completamente cubierto por monteas, dibujos a tamaño natural realizados por la cuadrilla que en su día trabajó en la construcción del edificio y que servían como guía a los canteros a la hora de tallar cada piedra.
El equipo de expertos en monteas que está estudiando este hallazgo dio a conocer los avances de sus investigaciones. Se trata del profesor de Historia del Arte de la Universidad de Santiago Miguel Taín Guzmán, especializado en Historia de la Arquitectura, en particular del barroco; y José Calvo López, profesor de Geometría Descriptiva y de Historia de la Construcción de la Universidad Politécnica de Cartagena. Ambos llevan una década colaborando juntos en el estudio de las monteas aparecidas tanto en Galicia como en el resto de España. Ofrecieron una charla divulgativa y acompañaron, junto con técnicos del Consorcio, a los asistentes en un recorrido para ver las monteas in situ una a una.
Cuando finalicen estos estudios, la Oficina Técnica del Consorcio de Santiago procederá a restaurar la tarima del suelo de la iglesia, de manera que las monteas quedarán cubiertas por la misma. “Pero para que el público tenga la oportunidad de conocer cuál es el calibre de este conjunto, dibujaremos las monteas sobre la tarima una vez colocada, antes de darle el barniz. Y las partes que son más relevantes las dejaremos practicables para los especialistas que deseen estudiarlas, de forma que simplemente levantando unos cajones que forman la tarima puedan acceder a observar directamente las monteas” -explica la arquitecta del Consorcio encargada de este proyecto, Idoia Camiruaga-.