El pintor, dibujante y grabador Carlos Maside nacía hace 118 años en San Xulián de Requeixo, en el ayuntamiento de Pontecesures. En el año 1932 se instala en la casa número 42 de la compostelana rúa do Vilar, lugar en el que el Concello y el Consorcio de Santiago acaban de colocar una placa en homenaje a una de las referencias más destacadas dentro de las vanguardias pictóricas gallegas y figura clave del renacimiento artístico y cultural de nuestra comunidad. En el acto estuvieron presentes el alcalde de la ciudad, Agustín Hernández; la gerente del Consorcio, Belén Hernández; Xulio Maside, sobrino del pintor; junto con miembros de la Plataforma Carlos Maside, entre otros asistentes.
Su estancia en la ciudad de Santiago lo lleva a participar en varias tertulias como las del café Derby y El Español; con diferentes artistas e intelectuales de la época como Ánxel Casal, Valle-Inclán, Xosé Eiroa, Luis Seoane, Otero Pedraio, Ramón Piñeiro o García-Sabell, entre otros.
Este centro histórico de Compostela fue motivo de inspiración para Maside, sus calles, plazas, monumentos y soportales constituían para él una cuestión de espacio, tal y como queda reflejado en el texto de la placa conmemorativa.
Sus visitas a la carballeira de Santa Susana quedaron para la posteridad en numerosos apuntes que después traspasaba a sus lienzos, en los que destacaba como un recurso casi permanente la figura femenina. Maside fue un adelantado artísticamente a su tiempo y en eso influyó su estancia en París, donde recibe influencias de Cézanne, Van Gogh o Gauguin que aplica a su pintura pero siempre sin perder su identidad gallega.
A Maside le importaba no solo el resultado final de su obra, sino también todo el proceso de elaboración, por lo que se preocupaba de estudiar e investigar los medios y así llegó a establecer relaciones con diferentes artesanos, marmolistas o ebanistas de Compostela. Fruto de su relación con diversos intelectuales de la época es la cantidad de cartas manuscritas inéditas que atesora su familia y que este año verán la luz gracias al Consorcio de Santiago.